El factor humano es el título de mi columna para La Voz de Galicia publicada el pasado día 8 de septiembre. Por si a alguien le interesa, puede leerla haciendo click en este enlace.
Pretendía ser un resumen de lo que comentamos la periodista y yo sobre la noticia de la publicación en el BOE de la nueva Ley Concursal y los cambios que provoca en la Segunda Oportunidad; publicada también en el periódico y que se puede leer en este enlace (para subscriptores) o en la imagen adjunta (ampliar/descarga pdf).
Al final, sirvió para hacer una reflexión acerca de cómo ha ido creciendo la respuesta legislativa ante la necesidad de acabar para siempre con las deudas de aquellos particulares que las sufren por circunstancias de las que no son responsables.
De la nada (antes de 2015 esto era, sencillamente, imposible) a lo que hay ahora va mucho camino recorrido. Desde donde estamos ahora hasta donde han llegado otros países de nuestro entorno y nuestro mismo nivel económico y social; queda mucho por recorrer. ¿Hemos mejorado? Sí: mucho. ¿Queda margen? Por supuesto: los que nos consideramos un poco los pioneros de esta Ley teníamos en 2015 (e incluso antes) ideales mucho más allá de lo conseguido hasta ahora.
La posibilidad de solicitar la exoneración tras un plan de pagos sin necesidad de liquidar bienes básicos como la vivienda habitual o, en el caso de los autónomos, los propios del negocio, es un paso muy importante. Incorporamos estas nuevas herramientas desde ya.
Pero teniendo presente que no hay recetas mágicas ni que valgan para todos: debemos ir caso por caso, analizando las particularidades de cada uno, su viabilidad de forma totalmente individualizada y con una estrategia acorde con los objetivos que se pretenden conseguir; contemplando estos de manera profundamente realista.